-Empatar con Lanús en la casa de Lanús, ante un Lanús que es objetivamente superior, no está mal.
-Que no esté mal, sin embargo, no supone per se que esté muy bien. “Hay empates y empates”, decía el Doctor que ya sabemos.
-Hay que ver de dónde veníamos, repiten como un mantra hinchas de Estudiantes tan copiosos que al parecer son la mayoría.
-Y, sí, siempre es bueno echar a una mirada hacia atrás y desandar el camino.
-Veníamos, de empatar jugando de igual a igual con River, que ya es decir.
-Y veníamos de lo peor del ciclo de Zielinski.
-Y veníamos del desdichado ciclo de Desábato, un faro que persiste en embellecer el ciclo del Ruso. Bien mirada la cuestión, mucho del prestigio real macerado por el Ruso en Estudiantes emana de lo mal que le había ido al Chavo. Debería invitarlo a cenar.
-Si de garbanzos hablamos, el paraguas que ostentan RZ y sus fans estriba en el torneo (corto) anterior y en el primer tramo del campeonato presente. Ahí se cifra el valor de permanecer en el cupo de la Sudamericana y el eventual descorchar. (La Libertadores ya es cosa de otros equipos).
-Siempre es mejor empatar que perder (¡Pues claro, chocolate por la noticia!), pero era más lindo cuando la FIFA aún no había tenido la ocurrencia de otorgar tres puntos al ganador de un partido. Si de 24 puntos, sumás nada más que 6, ver con buena cara esa cosecha, implica bajar varios escalones en las pretensiones y acomodarte a una mezcla de resignación y complejo asumido.
-En esa misma línea de imaginación y recepción de lo que sucede en la cancha se inscribe la celebración de la línea de 5 llueva o truene (contra River, Lanús, Huracán, Galatasaray, Rayo Vallecano); con Tobio o el mecánico de vuelta de casa, en ponerte 1 a 0 a los diez minutos y hacer la plancha en una especie de búsqueda de que el rival pierda solo y en el estación terminal del “competir”. No lo digo yo, conste: así lo dijo el DT en la conferencia de prensa: “este equipo compite”. Irrefutable. A Estudiantes nadie lo pasa por arriba. Compite. Quién lo hubiera dicho. “Lo importante es competir” es una frase atribuida a un mentor de la fraternidad del competir mismo.
-Por favor, que nadie le cuente al Doctor que un presunto discípulo suyo se golpea el pecho por mérito del competir.
-En fin. Por ahora las cuentas cierran, dicha de ahorros atesorados en tiempos cercanos y lejanos a la vez. En este tramo del “Rey del 1 a 1”, una tendencia que invita a asociar a Estudiantes con un equipo de corte menemista, el partido con Huracán cobrará una importancia vital y habrá que ver si se trasciende esa curiosa convertibilidad futbolera.
-Estudiantes, el Estudiantes del Ruso, gana más o menos poco (13 veces de 30), pierde poco (8 veces), gana más fuera de La Plata que en Uno (7 a 6), en general suma tres puntos contra rivales en crisis crónica y/o entrenadores en la pendiente, persiste en gozar de porcentaje a favor (exiguo, pero a favor: 51 por ciento de los puntos disputados) y está a las puertas de un sprint que definirá algunas cosas y dejará pendientes otras.
-De forma deliberada he omitido poner la lupa en los modos, la impronta y la identidad del equipo. Al respecto me declaro incompetente. Invito a mis amigos Pinchas feisbukeanos a que me desasnen y puntúen las virtudes que hacen de Zielinski un gran estratega, entendido po r algo más que correrlas todas, lucharlas todas, no guardarse nada, dejar todo, creer y etc: premisas al alcance de cualquiera de nosotros.
Walter Vargas