-Hacía bastante, pero bastante, eh, que Estudiantes no se parecía a un equipo.
-De ahí que nadie haya brillado pero tampoco haya habido abundancia de fracasos individuales.
-Mérito concedido al Ruso: con River se podía perder de cualquier modo, pero era más factible perder a campo traviesa. Entonces, le cedió la pelota, pero no la entrega, el sudor y el corazón. Y por esa vía se estuvo muy cerca de ganarlo.
-Flechas arriba: Rogel jugó su mejor partido del campeonato y Leandro Díaz jugó su mejor partido desde que está en Estudiantes.
-Regularidad virtuosa: Godoy, Zuqui (pese a su tendencia a la anarquía posicional) y Del Prete, pese a que siente el roce físico.
-Flechas abajo: Tobio y Pellegrini. La presencia de Tobio no hay dibujo ni línea de 5 que la justifique. (Para cuándo chances para Núnez o Flores, pichón de crack).
Pellegrini: futbolísticamente se ha quedado congelado en algún día de 2019.
-Goles: en el ajeno hay fallas de las torres en general, de Noguera en particular, y de Andújar. Esa zona es del arquero. Acá y en Groenlandia.
En el propio, nobleza obliga, bloopers insospechados (sobremanera el de Enzo Pérez) y una deliciosa asistencia de Del Prete.
-Zapiola: este pibe es adicto… a la toma de buenas decisiones. No le pesa nada. Ni la camiseta, ni marco, ni los pocos minutos que le dan.
-Alerta: ojo con demasiado relax para ir a Lanús. River era motivador per se. También debería serlo llevar siete sin ganar y los garbanzos en juego. (Se enfrentará, ojo, a la dupla más goleadora del campeonato).
WALTER VARGAS