Muchas veces hemos dicho o escuchado que nuestro ESTUDIANTES es una gran familia,
afirmación muy verdadera, por cierto. Como ocurre en todas las familias, se generan
parentescos con distintos grados de lazos afectivos, siendo el de padre-hijo uno de los màs
significativos, sin discusión.
EL TÙNEL DEL TIEMPO nos llevará a recorrer en esta entrega, esa presencia de progenitor y su
descendencia, que tuvo el hecho común de haber vestido y defendido nuestros colores, en
forma oficial en las formaciones de primera división.
Remontándonos a los primeros años de la vida del club, surge el primer caso investigado y
descubierto por la gente del Museo ESTUDIANTES DE LA PLATA. Se trata de EDMUNDO
FERREIROA quien jugó con mucho éxito y fue baluarte del equipo que logró el ascenso de 1911
y, luego, del primer título en primera división del PINCHA, en 1913. Años después, su hijo,
MARIO, con mucho menos predicamento, y por pocos partidos, también defendió nuestra
camiseta en cancha. Dos generaciones enlazando el amateurismo y el profesionalismo con un
mismo apellido.
Mucho más adelante, en 1963 se incorpora el delantero LUIS FELIX LEEB, que vino desde San Lorenzo . Desempeño apenas discreto en épocas no muy buenas para ESTUDIANTES. En 1991,
CARLOS FABIAN LEEB, también pasó por el LEÓN, aún con menos brillo que su padre.
Durante los años 70, cuatro jugadores aparecieron en nuestros equipos , sin saber que varios
años después sus vástagos seguirían sus pasos. Ellos, los padres, son el implacable goleador
RUBEN HORACIO GALLETTI (vino de Boca en 1973), el inolvidable JOSE LUIS “TATA” BROWN (
salido de las inferiores y debutante en 1975), DANIEL JOSE TAGLIANI , defensor, y HUGO
RUBÈN PEDRAZA, volante traído por el DT HECTOR ANTONIO para la gran campaña del
Nacional 1977.
Los hijos de los 4 citados siguieron el camino de sus progenitores en lo que a vestir la roja y
blanca se refiere. LUCIANO MARTIN GALLETTI, “ EL HUESITO”, buen delantero salido de
nuestra cantera, debutó en el Apertura 1997. JUAM IGNACIO BROWN, defensor, otro chico de
las inferiores, que llegó a primera en el Clausura 1999. NICOLAS MARTIN TAGLIANI, pintoresco
y movedizo volante se metió en la familia estudiantil a partir de 1996, épocas del DT Daniel
Córdoba. y HUGO HERNÀN PEDRAZA, también volante como su “viejo”, y que sólo jugo un
rato de un partido en Apertura del 96.
Para el torneo 1987/88 se incorpora a ESTUDIANTES OSCAR ANTONIO GISSI, volante que venía
de Vélez. Tiene en su registro haber sido el autor del primer gol del PINCHA, en la Supercopa
de Campeones de América. Durante el Clausura 2011, DYLAN GISSI, nacido en Suiza, defensor,
debutaba en la primera del club, transcurriendo con un paso con poco brillo.
En 1995, desde Independiente llega RAÙL ALFREDO CASCINI, para jugar en la mitad de la
cancha de un buen conjunto que se había armado en el LEÒN. En la misma posición del padre,
juega, en el Torneo 2016/17, JUAN BAUTISTA CASCINI, de las inferiores, con buen futuro
aunque , de a poco, fue quedando fuera de la consideración del club..
La frutillita del postre( como se suele decir), para este repaso, la marcan LOS VERÒN. JUAN
RAMÒN, papá de JUAN SEBASTIÀN. Muy poco hay que aclarar o comentar sobre su estas
inmensas figuras del firmamento PINCHA. A ellos se agregó, en el plantel actual, DEIAN, hijo
del ex presidente albirrojo, que con su debut en este 2021formò un caso excepcional dentro
del fútbol mundial, conformando una trilogía de tres generaciones con una misma camiseta
(como los Maldini en el Milán, por ejemplo), que no es fácil encontrar en la historia de este
deporte. Ocurrió en el PINCHARRATA y por suerte nos tocó disfrutarlos..
Para cerrar el tema, un caso único en la vida de ESTUDIANTES DE LA PLATA. Padre e hijo
Directores Técnicos del primer equipo. HUMBERTO ZUCCARELLI (que jugó a fines de los 60
también), condujo al LEÒN en dos períodos: 1985 y 1992/92, y su descendiente MARTÌN
ZUCCARELLI, en 2012 y 2013.
Vimos así parte de estas uniones entre padres e hijos jugando con el manto PINCHARRATA. En
breve recorreremos la presencia de hermanos y de otros lazos familiares.
Hasta la próxima.
Víctor Faga