Veinte minutos buenos. Todo lo demás, intrascendencia, o juego espeso, con las ventajas que siempre dan tus centrales y la falta de poder de fuego de tus “9” y, sobre todo, una clamorosa falta de jerarquía.
Estaba más para el 0-2 que para el 1-1 cuando Zapiolita demostró que debe de ser titular. Ve y juega mejor que todos.
Casi se gana. Casi se pierde.
Leandro Díaz y Ayoví, en lo de siempre: los mejores defensores rivales. Andújar sacó una bola clave. Del Prete bien, pese a su liviandad. Zuqui de lo más regular. Y Godoy, providencial. ¿El equipo? Lo de siempre: lo mejor o lo peor según se mire: sumador, y no más. La tendencia es de cuartos a sextos, no de cuartos a segundos o primeros, como fabulan los más optimistas.
Insisto: firmar con sangre terminar entre los ocho primeros, entrar a la Sudamericana y salir enhiestos del clásico.
Abrazo de gol de Mineirao.
Walter Vargas